30210293 copie.jpg
El 10 de diciembre celebramos el Día de los Derechos Humanos para “llamar la atención de los ‘pueblos del mundo’ a la Declaración Universal de los Derechos Humanos como el logro común estándar para todos los pueblos y todas las naciones” (Asamblea General de las Naciones Unidas, 1950).
Aprobada el 10 de diciembre de 1948, la Declaración es el primer documento internacional que establece formalmente que los derechos humanos fundamentales deben ser universalmente protegidos.
El artículo 26 de la Declaración reconoce la educación como un derecho:
- Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
- La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
- Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.
Después de la adopción de la Declaración, el derecho a la educación ha sido reafirmado y desarrollado en una serie de instrumentos jurídicos regionales e internacionales. Hoy en día, todos los Estados (excepto Sudán del Sur) han ratificado al menos un tratado de derechos humanos, aceptando la obligación legal de respetar, proteger y cumplir el derecho a la educación para todos, sin discriminación alguna.
Sin embargo, todavía existen enormes desafíos para la plena realización del derecho a la educación. Todos los días, en todo el mundo, este derecho es violado. En la celebración del Día de los Derechos Humanos es importante recordar que el derecho a la educación es más que palabras escritas en instrumentos jurídicos.
La ley es fundamental para garantizar el derecho a la educación, pero la ley por sí sola no significa que todos vayan a disfrutar de su derecho humano universal a la educación.
Recientemente asistí al Foro Mundial de Derechos Humanos, celebrado en Marrakech del 27 al 30 de noviembre, donde hice una presentación sobre el estado del derecho a la educación en el mundo durante la sesión sobre educación, ofreciendo una visión general del derecho nacional e internacional y señalando los problemas actuales en la práctica, tales como el falta de acceso y la discriminación contra los grupos marginados, la violación de la educación gratuita debido a la imposición de costos indirectos y tasas, la mala calidad de la educación y la falta de financiación vinculada al crecimiento de la privatización de la educación.
Colegas de diferentes regiones del mundo también plantearon cuestiones clave. Beatriz Pérez, de la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación, se enfocó en la desigualdad de género y la importancia de una educación de calidad, que debe promover la dignidad.
Rene Raya, de la Asociación Asia-Pacífico Sur para la Educación Básica y de Adultos (ASPBAE, por sus siglas en inglés), destacó que Asia-Pacífico alberga a la mayoría de adultos analfabetos (64% del total mundial) y el 31% del total de niños no escolarizados. En la región, más de 100 millones de jóvenes (entre 15 y 24 años) no han terminado la educación primaria, y la disparidad de género sigue siendo grande, con dos tercios de las mujeres analfabetas y más niñas que niños que abandonan la escuela. Al mismo tiempo, Asia-Pacífico gasta menos en educación, lo que explica por qué el derecho a la educación no se lleva a la práctica, a pesar de que la mayoría de los países cuentan con disposiciones constitucionales y legales que garantizan la educación gratuita y obligatoria.
Rene señaló que, en los últimos años, debido a la falta de financiación pública, la región Asia-Pacífico ha sido testigo de un fuerte empuje hacia la privatización con un incremento de la matriculación en las escuelas privadas, el aumento de las escuelas privadas de bajo costo, la expansión de las tutorías privadas y el surgimiento de las escuelas de cadenas corporativas, que afectan negativamente al disfrute del derecho a la educación. En Camboya, por ejemplo, las tutorías privadas se han extendido tanto que los estudiantes pobres, cuyos padres no pueden pagarlas, se quedan atrás. La privatización no sólo afecta a los estudiantes: los maestros que trabajan en la educación privada reciben salarios extremadamente bajos, a menudo sin prestaciones ni seguridad social.
Refaat Sabah, de la Campaña Árabe por la Educación para Todos (ACEA, por sus siglas en inglés), reiteró la importancia de los salarios de los maestros para una educación de buena calidad y denunció firmemente el dinero gastado en la compra de armas en lugar de usarlo para proteger el derecho a la educación de todos. Nos contó historias de estudiantes palestinos que han sido disparados de camino a la escuela, recordándonos que en algunas partes del mundo, particularmente aquellas en situaciones de emergencia, los estudiantes arriesgan sus vidas para acceder a la educación.
Unos instantes más tarde, Alberto Croce, de la Campaña Argentina por el Derecho a la Educación (CADE) se puso de pie y pidió solidaridad por los 43 estudiantes mexicanos desaparecidos hace dos meses mientras protestaban contra el plan del gobierno mexicano de reducir los presupuestos educativos.
Lo que sucedió después me conmovió mucho
Abrimos el turno para preguntas y se levantaron muchas manos, demasiadas como para contarlas. La sala estaba llena y tuve la impresión de que todo el mundo quería hablar. Alrededor de 15 personas pudieron tomar la palabra, y cada una de ellas tenía su propia historia personal que contar.
Casi todos ellos destacaron temas de discriminación: la falta de acceso a la atención y educación primaria durante la infancia en las zonas rurales, particularmente para las familias pobres; la falta de acceso a la escuela para niños discapacitados, más aún si son huérfanos; el desafío que supone para los nómadas llegar a las escuelas dado que la disponibilidad de escuelas móviles es limitada; la exclusión de la educación para las personas detenidas; las desigualdades de género de la educación primaria a la superior; y la dificultad de disfrutar de educación en lenguas minoritarias. También plantearon problemas de calidad, por ejemplo, en algunas áreas remotas los estudiantes son educados en tiendas de campaña, y los materiales educativos, como los libros, no están disponibles. Los estudiantes también denunciaron las tasas universitarias prohibitivamente altas.
Nada de lo que escuché allí era nuevo para mí. Conozco estas realidades. Sin embargo, me sentí profundamente conmovido por la necesidad de la gente de expresarlas. Muchos participantes se acercaron a mí después de la sesión para pedir más información y continuar hablando sobre los desafíos que enfrentan en su contexto particular. Esto me hizo recordar que, para estas personas, el derecho a la educación es algo más que palabras escritas en instrumentos jurídicos. Disfrutarlo de manera efectiva es para ellos un desafío diario.
Es esencial crear más espacios donde las personas puedan ser escuchadas y encuentren apoyo a sus luchas a favor de la plena realización de su derecho a la educación. En el sitio web de Right to Education Initiative tenemos un foro de discusión multilingüe y un blog en donde animo a todos a que compartan sus historias. Este espacio es suyo. Y si necesita cualquier información o apoyo, póngase en contacto con nosotros.
Este año, el lema del Día de los Derechos Humanos, “Derechos Humanos 365”, abarca la idea de que cada día es el Día de los Derechos Humanos. Celebra la propuesta fundamental en la Declaración Universal de que cada uno de nosotros, en todas partes, en todo momento, tenemos derecho a todo el conjunto de derechos humanos.
Hoy, hagamos un llamamiento a los Estados para que cumplan con su obligación de garantizar el derecho a la educación para todos, incluso mediante la adopción de medidas especiales orientadas a los grupos marginados.
Nadie puede quedarse atrás. Es esencial para el bienestar y el desarrollo de cada individuo, así como para la sociedad, que todos podamos acceder y recibir una educación de buena calidad.
Alberto Croce, en el Foro Mundial de los Derechos Humanos, pidió solidaridad para los 43 estudiantes mexicanos desaparecidos. ©Tony Baker
Este artículo fue escrito originalmente para el blog de INEE. Puede encontrar también este texto en su página web.
Delphine Dorsi es Coordinadora Ejecutiva de la Iniciativa por el Derecho a la Educación
Comentarios
english
Right to education act is possible after independence
Añadir nuevo comentario