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© ESCR-Net
Erica Murphy, Mihir Mankad y Francesca Feruglio
15 Julio 2019

Hay un creciente reconocimiento de que los datos –datos relevantes y confiables— son fundamentales para lograr las metas de la Agenda 2030 y promover la realización de los derechos humanos. Necesitamos datos para influir en las leyes y políticas, mejorar la toma de decisiones, asegurar una asignación adecuada de recursos, monitorear el progreso e identificar brechas, así como asegurar la rendición de cuentas. Sin embargo, solo un incremento cuantitativo de datos recopilados no hará la diferencia. Es más una cuestión cualitativa: mejores datos recopilados de las formas correctas. No dejar a nadie atrás y cumplir con los objetivos del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda más amplia de Educación 2030 requiere adoptar un enfoque a los datos basado en los derechos humanos[1]. Esto significa tener a todos en cuenta de una manera que sitúe a las personas en el centro de cómo son contadas.

Un enfoque a los datos basado en los derechos humanos

Los Estados tienen obligaciones legales de derechos humanos relacionadas con los datos que otros marcos, como los ODS, deben tener en cuenta. Estas obligaciones tienen dos elementos clave: los Estados deben recopilar datos para facilitar la implementación de los derechos humanos y también garantizar que cualquier información que recopilen se realice de manera compatible con los derechos humanos.

También hay razones instrumentales para adoptar un enfoque a los datos basado en los derechos humanos. Puede ayudar a corregir los desequilibrios en el poder con el fin de permitir la participación de las comunidades afectadas; aumentar la precisión de los datos; centrar la formulación de políticas en las experiencias y perspectivas vividas por las personas en lugar de servir a los intereses de actores poderosos; proteger la seguridad y la privacidad; así como mejorar la rendición de cuentas.

Por eso, el Grupo de Trabajo de Monitoreo de la Red-DESC ha emitido un llamamiento para la producción, la recopilación, el análisis y el uso de datos que estén en consonancia con los derechos humanos. De acuerdo con nuestros principios fundamentales, creemos que los grupos y movimientos de base deben estar en el centro de las decisiones que afectan el desarrollo y los derechos humanos y que los datos deben respaldar sus visiones de desarrollo y justicia social. Para facilitar esto, estamos desarrollando un conjunto claro de principios que se publicarán a finales de este año y que brindarán orientación práctica sobre cómo llevar a cabo el monitoreo basado en los derechos.

Desafiando el status quo

En nuestra calidad de Red con más de 280 miembros que trabajan en temas de derechos económicos y sociales en 75 países, hemos observado que las narrativas y los enfoques existentes a los datos de desarrollo global a menudo tienen poco que ver con lo que dicen los derechos humanos sobre los datos.

En última instancia, los datos reflejan ciertos valores y elecciones. Los Estados, como principales recolectores y usuarios de datos, deciden qué clase de datos recopilar, cuándo y con qué fin. Tienen el poder de decidir lo que literalmente cuenta. Esto puede causar problemas por varias razones.

Primero, los Estados valoran los datos cuantitativos a gran escala sobre los datos cualitativos centrados en la comunidad porque la información es percibida como más objetiva y creíble. No se puede negar que los datos cuantitativos son necesarios, especialmente para demostrar cambios a lo largo del tiempo y comprender la envergadura de un problema, y porque la información se puede estandarizar y comparar internacionalmente. Es por esto por lo que 10 de los 11 indicadores del ODS 4 son cuantitativos. Sin embargo, la dependencia exclusiva en estos datos reduce a las personas y los problemas a números. Los datos cualitativos, como testimonios, narrativas y entrevistas, también son necesarios desde la perspectiva de los derechos humanos. Este tipo de información puede ayudarnos a comprender mejor las razones y los contextos subyacentes, a la vez que nos aseguramos de que las voces, las experiencias y las prioridades de las comunidades afectadas sean contabilizadas adecuadamente.

En segundo lugar, los enfoques actuales a los datos para el desarrollo global marginan en gran medida a las personas sobre y para quienes se recopilan los datos. La mayoría de las veces, las comunidades afectadas no participan en la producción de datos o, si lo hacen, esta participación no pasa de ser un mero ejercicio de “marcar casillas”. Como resultado, tales enfoques ignoran las necesidades, experiencias, conocimientos e ideas de las comunidades afectadas y tienden a ignorar lo que valoran como importante. A continuación, los gobiernos utilizan esta información para tomar decisiones políticas sin tener en cuenta las experiencias de las personas que deberían beneficiarse de este proceso.

En tercer lugar, en parte como resultado de los problemas descritos anteriormente, el tipo correcto de datos, que permitiría evaluar el progreso de los Estados en el cumplimiento de sus obligaciones de derechos humanos, tanto en términos de las medidas adoptadas como de los resultados obtenidos, muy a menudo no se recopila ni se hace público.

Los principios

En enero de 2019, más de 20 organizaciones miembro de la Red-DESC se reunieron para discutir el papel de los datos en la promoción de los derechos económicos y sociales, así como las brechas en las prácticas de datos existentes. Todos y todas estuvimos de acuerdo en la necesidad de desafiar las narrativas dominantes sobre qué tipo de información cuenta como legítima y proponer una visión poderosa para un enfoque a los datos basado en los derechos humanos. Como primer paso, hemos comenzado a identificar colectivamente un conjunto inicial de principios, basados en las obligaciones de derechos humanos, los problemas experimentados en el campo por nuestra Red y las buenas prácticas. Estos son los principios que hemos identificado hasta ahora:

  • Disponibilidad: los Estados, como principales titulares de deberes, deben recopilar e implementar sistemas de producción de datos para la puesta en práctica efectiva de todos los derechos económicos y sociales.
  • Accesibilidad: la información es una condición previa esencial para el ejercicio de todos los derechos, por lo tanto, los datos deben ser accesibles a las comunidades de manera útil y accionable.
  • Participación y pertenencia significativas: las comunidades deben liderar las decisiones sobre qué datos son importantes, cómo deben recopilarse y cómo deben utilizarse.
  • Representatividad: los datos deben ser no discriminatorios, inclusivos, desagregados y contar a todos en función de sus identidades elegidas.
  • Privacidad y seguridad: un enfoque holístico a la seguridad integra la seguridad física, el bienestar mental y la seguridad digital, además de reconocer el cuidado personal y comunitario como una parte esencial de la seguridad.

También estamos considerando cuestiones relacionadas con la relevancia y la calidad de los datos, así como su transparencia y responsabilidad. El siguiente paso es mostrar cómo estos principios pueden operacionalizarse y traducirse en una guía concreta para los Estados y cualquier actor involucrado en el monitoreo.

Mirando hacia el futuro

El Foro Político de Alto Nivel en Nueva York se centra en monitorear el progreso hacia el ODS 4, principalmente mediante el uso de datos para solo 11 indicadores. Sabemos que esto no es suficiente. También hay una necesidad crítica de mejores datos, más relevantes e indicadores basados en derechos si queremos cumplir el ODS 4 de una manera que ponga a las personas, sus experiencias de vida, perspectivas y prioridades en el centro del proceso. Esto va en consonancia con el llamamiento colectivo para respaldar más y mejores datos por parte del Instituto de Estadísticas de la UNESCO junto con 38 organizaciones de todo el mundo. Debemos cambiar nuestra noción de desarrollo como algo vertical hacia un proceso democrático e inclusivo basado en los derechos humanos. Esperamos que nuestros principios contribuyan a esta visión al desmantelar las narrativas dominantes existentes en torno a los datos que sirven para excluir y deslegitimar a aquellos cuyo desarrollo pretenden promover.

Manténgase al tanto para recibir más información sobre este tema conforme publicamos estos principios más adelante este año en la sección de Monitoreo de la Red-DESC.

 

[1]  Según las Naciones Unidas, “un enfoque basado en los derechos humanos es un marco conceptual para el proceso de desarrollo humano que se basa normativamente en estándares internacionales de derechos humanos y operativamente dirigida a promover y proteger los derechos humanos. Trata de analizar las desigualdades que se encuentran en el corazón de los problemas de desarrollo y corregir las prácticas discriminatorias y el injusto reparto de poder que impiden el progreso del desarrollo”, aqui, consultado el 26 de julio de 2019.

Esta entrada de blog fue escrita originalmente para el Instituto de Estadística de la Unesco en inglés y ha sido traducida en español por la Red-DESC,  y se ha vuelto a publicar con permiso

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